¿De qué estamos hechos?

 

Me nació esta pregunta a partir del pensar qué necesitamos como seres humanos, la verdad es que es muy poco, sin embargo, la vida cada vez se torna más difícil, cada vez más son las máscaras que nos envuelven para poder validarnos o ser seres sociales dignos de escuchar, claramente estamos hechos de agua,aquella mágica en forma de clatratos, que permite que la luz y la energía viaje por nuestro cuerpo y a su vez que estemos interconectados con un mundo subcuántico desde donde nuestro ADN extrae información para conformar al ser humano, estas mismas moléculas de cristal líquido son las encargadas de transmitir dentro afuera a través del cuerpo férrico para que en nuestro campo magnético externo -aura- pueda reflejar el interior de nuestro organismo.

Así también tenemos distintos cuerpos, distintas composiciones que no podemos crear,   venimos también de nuestros ancestros y claramente el agua tiene memoria, por lo tanto nuestras células guardan nuestra historia, nuestros miedos y nuestras alegrías, si encontramos la forma de conectarnos con aquella sabiduría todo sería distinto, seguramente antes hemos volado libremente por los confines del universo o explorados universos impensados, ¿estará escrito quién nace o quién no?, los eventos en nuestra vida van ocurriendo y nuestros actos van creando la forma de nuestras moléculas, por lo que sería importante intentar definir y conocer nuestras emociones, nuestros sentimientos,por ejemplo ver si tenemos más de ternura que de rudeza, más de amor que de odio, si pudiésemos mejorar día a día nuestros egoísmos, nuestras frustraciones,darles un sentido a nuestros logros, a nuestras penas, entonces podría responder que no sé de qué estoy hecha, solo sé que tengo mucho amor y ese amor debiera llegar a la mente universal donde todos estamos conectados con todo y  superar incluso a la mágica ingeniería cósmica.