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 Bach preparaba los remedios cerca del lugar donde crecían las plantas ya que las flores se deberían utilizar inmediatamente después de recolectarlas.

 

¿Cómo se hace?

Tomar un cuenco de cristal transparente, y llenarlo con agua clara, preferentemente de una fuente o manantial puros. Se cubre la superficie con suficientes floraciones de la planta flotando sobre el agua, sin que se sobrepongan; luego se expone a un sol brillante hasta que las floraciones muestren señales de marchitarse.

El tiempo variará alrededor de dos a siete horas de acuerdo a la planta y a la intensidad del sol. Más tarde se extraen cuidadosamente las flores.

Las plantas más leñosas o flores que florecen cuando es sol es débil, se preparan hirviéndolas por media hora. Se toman las botellas y se llenan hasta la mitad con el agua del  cuenco. La otra mitad se llena con coñac para conservar el remedio. Estos son los frascos de remedio concentrado que pueden conservarse sin límite de tiempo, y se pueden usar de la misma manera que las botellas de los remedios suministrados por los farmacéuticos.

 

A las plantas con las que preparó las esencias las llamó de orden superior porque:

 

Hay tres tipos de plantas. El primer grupo está relativamente por debajo de la evolución humana; como son las variedades primitivas: las algas, los cactus, la cúscuta, etc. También las que han sido utilizadas con propósitos incorrectos, algunas de las cuales son venenosas: el beleño, la belladona, y las orquídeas son algunos ejemplos.

Una segunda clase, en la misma escala relativa que el hombre, las cuales son inofensivas, y se pueden usar como alimento.

Pero hay un tercer grupo, relativamente alto o más alto que el promedio de la humanidad. De este debemos escoger nuestros remedios, ya que se les ha dado el poder de curar y bendecir, por lo tanto son de orden superior.

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