
Trasciende Conmigo: Terapias Bionergéticas y Conciencia

Regresión, regresar ¿Adónde?, ¿Para qué?, muchas veces en la vida nos van afectando distintos eventos, los cuales muchas veces impiden y bloquean nuestra capacidad de reacción y de resolver ya sea por la magnitud del evento, el criterio que usemos o bien, porque las repercusiones nos sobrepasan quedando guardados en nuestro inconsciente, impidiendo nuestra evolución.
La regresión te permite mirar estos eventos y asumirlos dentro de tu vida o bien encontrar la causa en el recuerdo de otras vidas.
i nos vamos a la historia, encontramos al médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo Carl Gustav Jung quien nació en Kesswill, una pequeña población de la Suiza alemana, en el año 1875, desde su niñez se marcó lo que sería el desarrollo de su vida.
Su Padre fue un pastor de iglesia, filólogo y teólogo con quien tenía una comunicación casi nula representaba el dogma, la intransigencia todo de lo cual él huyo para luego enfrentarlo a través de Sigmund Freud (médico neurólogo austriaco de origen judío, padre del psicoanálisis) y su madre no tan intelectual, pero con mucho interés por lo esotérico y lo ancestral, con quien Jung se identifica en su pensar y ser sobre todo en cuanto a lo misterioso y la apertura mental, esta mirada la permitirá el contribuir a la “teoría de los opuestos” (la sombra)
Fue esta apertura la que le permitió desarrollar conceptos revolucionarios como la visualización creativa, la expresión del inconsciente a través de los sueños y de la producción artística y escritura, construía a través de los mitos, mapas para entender los sueños de quienes eran sus pacientes, logrando una trascendencia única en su forma.
El tenía una metodología que llamaba “un método en el que no se rechaza un hecho por su mera incomprensión, sino que aceptándolo como real, se investiga, para llegar posteriormente a una explicación provisional, que deberá ser entendida más como una nueva hipótesis que como un postulado definitivo”.
Una de sus mayores sombras era su introversión, pues creció solo y así aprendió a vivir, a sus doce años experimento la dualidad en su personalidad, la externa y un sabio anciano que habitaba en él desde el inconsciente colectivo acorde a los análisis de los jungianos, esta vivencia lo llevó a realizar investigaciones y análisis de los sueños donde encontró fenómenos psicológicos, que no podían ser verbalizados desde lo personal, así como también, la relación de ellos con temas mitológicos y ancestrales del pasado cultural de la humanidad, sin ninguna referencia para su explicación, lo cual lo llevó a una teoría respecto a la influencia de componentes colectivos, manifestados de manera simbólica en eventos intensos de la vida de las personas.
Este inconsciente colectivo estaría conformado por imágenes primordiales procedentes de la historia de la humanidad, es como decir la herencia espiritual en la evolución del ser humano y que nace con nosotros como parte de nuestra estructura cerebral. La simbología y los arquetipos fueron su mejor herramienta para el desarrollo de su obra.
Su camino se vio marcado luego por Freud (1906), quien había realizado parte de su obra más importante, mientras que Jung acababa de iniciarse en la psiquiatría y psicología clínica. Tenían diecinueve años de diferencia cuando Jung fue el discípulo elegido para secundar su psicoanálisis, quien era aún desconocido, además de criticado por la comunidad científica. A pesar de su admiración por Freud, no concordaba con el concepto de Psique humana, debido a su trabajo y mirada.
Cuando Jung se atrevió a exponer que Freud había convertido una simple teoría en un dogma, este se separó violenta y definitivamente de Jung, lo cual lo hace pararse nuevamente con el dogmatismo de su padre, reviviendo todo el dolor.
La escisión demarcaron su vida y pensamientos: consciente–inconsciente, femenino-masculino, corazón-poder, dogmatismo-apertura mental, incluso la mujer estaba para él dividida entre la esposa, que era la madre y la amante, a la que llamaba la hetaira, la portadora de los sueños del hombre.
Su búsqueda orientada es orientada al todo, porque la escisión lleva a que nuestra alma viva incompleta, sabiendo que la polaridad que se oculta no llega a eliminarse y se manifiesta en distintas formas de tristezas, miedos, neurosis y locuras.
Sus cuatro crisis más importantes de neurosis que incluso lo llevaron a la psicosis, las cuales le permiten establecer la “teoría de la confrontación de los opuestos”, la disputa campal entre el Yo consciente y lo inconsciente. Dentro de sus mayores conclusiones:
El peligro en esta lucha de que venza uno sobre otro, lo que no arreglará nada, sino por el contrario, aumentará la escisión.
La solución no es que gane el mejor, sino que tiren las armas y se de la posibilidad de un diálogo, de cuyo consenso surtirá una tercera figura, el Sí Mismo, la esencia del Ser, que involucra la integración de lo inconsciente y el Yo, es decir: que lo inconsciente se haga consciente. Donde el Sí Mismo estaría representado por el anciano en la psique de Jung cuando era niño, pues para llegar a él supone alcanzar la sabiduría.
Trabajar con el inconsciente significa fortalecer el Yo consciente, y aquí nos encontramos con un maravilloso concepto “el camino del héroe“, es aquel proceso de individuación que acerca el Yo consciente al Sí mismo, logrando el todo. Por lo general se da que nuestra vida entera tiene sentido si la miramos así, pues cada una de nuestras etapas están marcadas por nuestras búsquedas y eventos que nos obligan a enfrentarnos con el Sí mismo. Su campo de investigación se basa en la fenomenología y ha tenido múltiples seguidores los cuales han realizado innumerables aportes, me permito destacar entre ellos a quien yo quiero mucho, nuestra queridísima Lola Hoffmann (1904-1988) fue Fisióloga, psiquiatra y Guía del crecimiento interior, luego de un sueño impactante cambió su vida para siempre, ayudando a muchos hasta el día de hoy a través de sus escritos y también al Doctor Brian Weiss (Autor de muchas vidas, muchos maestros entre otros), ha trabajado durante más de 25 años en terapias de regresión, logrando publicaciones y métodos facilitadores.
Para Weiss los personajes que vamos encontrando en sueños o hipnosis, son arquetipos como lo explica Jung (partes internas de nosotros mismos), que cuando se encuentran nos devuelven valor, coraje, sabiduría.
El plantea “En realidad casi todos en la infancia hemos experimentado esto de la misma manera que se experimentan otras vivencias extrasensoriales (como ver a guías o “amigos invisibles”, viajes astrales o sueños lúcidos), sin embargo lo hemos descartado porque cuando un niño habla de este tipo de experiencias, los adultos le suelen decir que eso son tonterías y esta capacidad se acaba perdiendo. Hay personas que después de haberse trabajado mucho su inconsciente o tras muchos años de meditación acceden de forma espontánea a recuerdos de vidas pasadas. Es importante aclarar que todos tenemos esa capacidad, sólo es necesario ejercitarla, como cualquier deporte”.
Respecto a las progresiones, las cual es una de sus últimas posturas en su investigación del mundo del inconsciente dice “Es una herramienta que consiste en viajes al futuro, pero yo sólo la trabajo para las próximas vidas, ya que la progresión a la misma vida puede condicionar enormemente, a no ser que la persona tenga la madurez suficiente para entenderla como una metáfora. Y las hago generalmente como broche final de la terapia regresiva, porque después de haber limpiado el pasado suelen encender la esperanza del paciente.” A todos nos han fascinado los cuentos de hadas, los viejos mitos y las leyendas ancestrales. Son especialmente encantadoras las del Rey Arturo, sus caballeros y las aventuras del mago Merlín. Todas ellas presentan una misma estructura: un intrépido joven es investido en la corte del Rey Arturo, donde se le hace entrega de la espada y el caballo, se adentra en el bosque en busca de aventura. Se enfrenta a dragones y monstruos, ha de salvar a una dama de la que se enamora hasta que finalmente, en ocasiones, alcanza el Grial. Pero esta estructura no es sólo propia de estas leyendas, sino también de los cuentos tradicionales, de los mitos o incluso de la literatura actual y de muchas películas. Y es que este esquema es universal y tan viejo como el propio hombre, pues refleja lo que Carl Gustav Jung llamó el Viaje del Héroe, el proceso de individuación que ha de hacer un ser humano para alcanzar su totalidad. Esto significa conectar dentro de él mismo con lo que le hace único y con su destino, con aquello para lo que ha nacido.
Este viaje es vitalicio, consiste principalmente en auto conocerse a través del lenguaje de los propios símbolos, responsabilizarse de uno mismo y amarse incondicionalmente en todas sus facetas. Para ello es necesario entrar en el sótano del inconsciente, puesto que aquí está la máxima creatividad y la mayor potencialidad de cada ser.
Las etapas de este viaje pasan por limpiar nuestra biografía: perdonar a nuestros padres, rescatar a nuestro niño interior, entender cuál es nuestro modelo masculino y femenino internos, rescatar nuestras vidas pasadas. Por eso la primera parada está en nuestro inconsciente personal. Las siguientes son alumbrar y abrazar nuestra sombra, realizar un matrimonio sagrado entre nuestra parte masculina y nuestra parte femenina, para finalmente reconquistar nuestra esencia (que reside en el niño que fuimos) y unirla a la sabiduría del Inconsciente Colectivo. De esta forma alcanzaremos nuestra Totalidad, porque entraremos en contacto con nuestra Divina Presencia”
De alguna manera u otra la vida siempre te pone en el punto de partida, es decir, el punto donde te desconectaste de tu yo interno, te despistaste y seguiste si se quiere con lo más cómodo, los errores que podemos llegar a cometer en estas instancias nos pueden costar muy caros o maravillosos en el sentido que cada crisis es una tremenda oportunidad de reconocernos, de amarnos y de evolucionar.
Me parece que éste es verdaderamente el libre albedrío cuantas decisiones puedo llegar a tomar por miedos o por seguir escondiéndome por motivos síquicos, económicos o sociales.
Los mitos, los sueños, cuentos de hadas nos permiten encontrarnos con símbolos en los cuales podemos visualizar a nuestro niño interior, ese que necesita explicaciones y fundamentos claros para actuar, para desarrollar conscientemente nuestra vida, existe una sincronicidad mágica cuando inicias este camino, se van dando pequeños regalos que el universo te va mostrando o que siempre estuvieron allí y no fuimos capaces de verlos.
El ser conscientes nos permite tomar decisiones acordes a nuestro ser interno con fundamentos, con pasión, con emociones más claras y definidas, lo cual, en algún momento también nos permitirá enfrentar de mucha mejor forma un fracaso.
Grandes pensadores se refieren a cuando se pierde el miedo, a decir, al ridículo, al rechazo, al abandono, al estar solo, es cuando realmente se es libre.
Por lo tanto cualquier herramienta de canalización, llámese terapia, diálogo, actividad, chamanismo, etc., es válida cuando se encuentra la magia de esta libertad, comienza tu vida.
